¡CUIDADO CON EL CENSO!
CRÓNICAS DE BUENOS AIRES
El censo pasó y cayó en el olvido, soy
consciente de ello, pero este apunte no trata sobre el censo en sí, sino sobre
un acontecimiento que tuve la oportunidad de presenciar a raíz de dicho
trámite.
El censista se presentó pasado el mediodía. Le entregué el comprobante
que recibí después de haber completado el formulario digital, respondí la
pregunta que me formuló, y en no más de un par de minutos quedé libre. Ya no
tenía que estar pendiente del timbre y podía disponer del resto del día a mi
antojo. Así pues, volví a mi departamento, recogí unos papeles, envié un
mensaje por whatsApp y salí nuevamente a la calle. Tenía una reunión pactada, y
había acordado con la persona en cuestión que el primero que terminara con el
censo se trasladaría a la vivienda del otro.